Descubre los efectos positivos del autocuidado y cómo realizarlo.
Autocuidado. Una palabra que aparece con más frecuencia en todas las plataformas digitales y revistas de belleza. Durante un cierto tiempo, se consideraban los momentos de autocuidado como un acto muy egoísta y egocéntrico.
A las personas se les educaba con la premisa: ayuda a los demás, se generoso con los demás, dale lo mejor a los demás, atiende a los demás… Y todo esto nace de una buena intención.
Sin embargo, no es racional. No se puede dar a los demás lo que no nos damos a nosotros mismos. No podemos servir a los demás con sinceridad y honor, si no nos servimos a nosotros mismos. Porque si no nos queremos, cuidamos y cultivamos, ¿desde qué lugar estamos dando? Desde la carencia, la ignorancia y la falta de habilidad. Por eso es importante autocuidarse.
Para aprender a dar, servir y compartir.
¿Qué es el autocuidado?
El autocuidado es un momento sagrado. Es un espacio de tiempo que dedicas a mimar tu cuerpo. Cultivar tu mente. Calmar tus emociones. Abrazar tus sensaciones.
El autocuidado puede realizarse de muchas maneras: lo importante es que lo disfrutes y sientas que te conecta contigo misma. Con aquello que realmente te hace sentir bien. Puedes autocuidarte bailando, contemplando el mar, maquillándote, dándote un masaje, cocinándote, leyendo, escribiendo… El autocuidado es, por lo tanto, algo muy personal e íntimo: no es el mismo para cada individuo.
¿Cuáles son los efectos positivos? de rituales de autocuidado?
Los rituales de autocuidado tienen numerosos beneficios:
- nos conectan con el momento presente,
- le dan un respiro a la mente, enfocándola y relajándola,
- nos permiten conocernos mejor y saber qué nos gusta y no nos gusta,
- nos aportan bienestar, tranquilidad y serenidad,
- nos conectan con nuestra creatividad e imaginación,
- tienen un efecto muy positivo en el sistema nervioso central, regulando y equilibrando todo el organismo,
- desencadenan grandes dosis de dopamina, oxitocina y serotonina…
En realidad, igual que un ritual es muy íntimo y personal, sus efectos también lo serán. Cada uno vive la experiencia su manera: y eso es lo más bonito de esta herramienta.
Práctica de atención plena para amarte a ti mismo incondicionalmente.
Para incorporar el autocuidado en tu día a día, es importante que empieces a abrir tu corazón y dejes de juzgarte y castigarte.
Colócate en una postura cómoda.
Puedes sentarte sobre una silla, con los pies sobre el suelo, o acomodarte sobre un cojín, con las piernas cruzadas.
Cierra los ojos y relaja los hombros.
Suaviza el entrecejo y alarga ligeramente el cuello.
Intenta mantener la espalda erguida.
Poco a poco, conecta con tu respiración.
Siente cada inhalación y cada exhalación.
El aire entrando por tu nariz.
El aire saliendo de tu nariz.
Inhala. Exhala.
Ahora siente tu corazón. Su continuo latido.
Escúchalo. Siéntelo.
Siente su amor. Él trabaja para ti sin descanso.
Él quiere que sigas viviendo. Por eso te sostiene.
Por eso late para ti continuamente.
Sigue respirando. Sigue escuchándolo.
Ahora abrázate. Rodea todo tu tronco con los brazos.
Date un gran abrazo. Deja que la energía del amor impregne este abrazo.
Ámate. Te mereces este amor. Te mereces todo el amor que puedas imaginar.
Eres merecedora de una vida gloriosa.
Respira. Sigue abrazándote. Sigue respirándote.
No tengas prisa por ir a ningún lugar. Este es tu hogar.
El maquillaje como expresión de amor.
El momento de maquillarse puede ser una expresión de amor y de arte. Nada es más placentero y bonito que pintarse el rostro según el estado emocional en el que nos encontremos. Es una forma de conocernos y honrar el momento. Una manera de cuidarse y mimarse.
No hay nada de malo en utilizar el maquillaje natural como una herramienta para explorar, investigar y conectar con nuestro estado emocional. El uso de una cosmética artesana, certificada, ecológica y mineral garantiza la salud y el cuidado de tu piel. No es dañina. Todo lo contrario. Posee propiedades muy beneficiosas. Te contamos más acerca de esto, en el artículo sobre “Los minerales para la piel”.
No te sientas culpable por dedicarle tiempo a las cosas que te hacen sentir bien. Te mereces sentir placer, vivir bien y ser quien quieres ser.
Mae Knapnougel