Descúbrelo todo sobre la limpieza de cutis.
La limpieza de cutis es una etapa fundamental; una práctica indispensable para lucir una piel firme y sana. Aquí no hay distinciones de edad, sexo, o tipo de piel. Tampoco tiene que ver con si nos maquillamos o no.
Si queremos cuidarlo y mantenerlo sano, el cutis debe lavarse, higienizarse, hidratarse y nutrirse a diario. Existen muchas opciones de productos a utilizar y diferentes maneras de usarlos. Por eso vale la pena que elijas los más apropiados para tu tipo de piel.
¿Qué debería ser la limpieza facial diaria?
En términos generales, la limpieza facial debería ser un procedimiento no invasivo ni agresivo, para mantener la piel del rostro saludable y lo más auto-protegida posible.
Busca, entre otras cosas:
- retirar la suciedad acumulada (tanto por factores externos como internos)
- corregir la dilatación de los poros,
- eliminar las células muertas superficiales,
- extraer los puntos negros que se van acumulando,
- aportar un entorno propicio para que la piel se optimice…
En la limpieza facial, se utilizan diferentes emulsiones, lociones y cremas para, limpiar, tonificar, hidratar y nutrir la la piel.
¿Cuáles son los beneficios de limpiar el cutis?
Incorporar la limpieza facial en nuestros hábitos de higiene diarios nos permite:
- lucir una piel más brillante y colorida,
- darle tiempo y espacio a la piel para respirar,
- mejorar el ecosistema facial, reduciendo la posibilidad de desarrollar afecciones cutáneas,
- mejorar la suavidad de la piel, aportando una textura más lisa y pulida…
Limpiarse la cara es algo que todos deberíamos hacer cada día de la semana, por la mañana y por la noche. Al despertarnos, la piel está llena de impurezas que se han expulsando durante toda la noche. Al acostarnos, la piel está llena de elementos nocivos que se han ido acumulando a lo largo del día.
Ambas limpiezas son, por lo tanto, igual de importantes.
La exfoliación.
La exfoliación es un proceso que asegura la regeneración epidérmica de la piel: elimina por completo las células muertas que quedan adheridas en la capa superficial, dejándola más tersa, firme, suave y permeable.
Esto permite que haya una renovación celular completa, y la piel se vea, por lo tanto, saludable, brillante y contenta.
Los exfoliantes naturales son los más recomendables: aquellos elaborados con arcillas o minerales, por ejemplo.
El número de veces por semana que se tenga que hacer una exfoliación dependerá del tipo de piel: mientras que las pieles grasas pueden beneficiarse de 2 a 4 exfoliaciones por semana, las pieles secas tendrán suficiente con una a la semana. Es muy importante no dañar las células con procedimientos excesivamente agresivos. La piel es un órgano delicado y hay que evitar maltratarlo. La clave siempre está en encontrar el punto de equilibrio adecuado para ti.
La doble limpieza facial.
Finalmente, incorporar la doble limpieza facial, si ya tienes un hábito de higiene bien instaurado en tu día a día, puede ser una idea genial.
En esta limpieza se utiliza un producto natural con base grasa (aceite, manteca, leche) para limpiar la piel y luego un cosmético natural con base acuosa (jabón, gel…), para acabar de depurarla.
Este procedimiento doble nos permite eliminar con total seguridad todas las toxinas que se acumulan sobre la piel, tanto de noche como de día. Le ayudamos, así, a respirar mejor, a elastizarla mejor y a absorber mejor todos los principios activos que le demos a través de los sérums faciales, cremas hidratantes o tratamientos varios.
Si utilizas maquillaje, verás que los resultados siempre lucirán mucho más sobre una piel limpia, suave y bien nutrida.
Mae Knapnougel