Respiración consciente y Piel

Respiración Consciente y Piel

Descubre el impacto de la respiración consciente en la piel.

La piel, además de ser un órgano que nos protege frente a los elementos tóxicos del ambiente, respira y se nutre del oxígeno que nos rodea. 

La forma en la que respiramos tiene, por lo tanto, un impacto directo en la salud de nuestra piel.

 

Estudios recientes han demostrado que una práctica regular de 3 minutos de respiración consciente puede mejorar la apariencia y eficiencia de la piel, que de por sí, se autoprotege, autorregula, y autorestaura. Estas funciones se debilitan cuando padecemos estrés y ansiedad, cuando seguimos una dieta ultraprocesada, cuando respiramos de forma entrecortada…

Hoy queremos explicarte lo qué es la respiración consciente, cuál es su relación directa con la piel y cómo introducir esta práctica de forma fácil y sencilla en tu día a día. 

 

¿Qué es la Respiración Consciente?

 

 

 

La respiración consciente es una técnica donde llevamos toda la atención al proceso de la inhalación y exhalación. Enfocamos todos nuestros sentidos en el aire que entra y sale por las fosas nasales. 

A través de la respiración consciente, lo sentimos en su totalidad: su textura, temperatura, densidad, ruido, sabor, olor… Esto nos permite, entre muchas cosas, lo siguiente:

  • conectar con el momento presente,
  • relajar el sistema nervioso central, activando la zona parasimpática (responsable del descanso, reposo y regeneración del organismo),
  • mejorar los niveles de concentración y foco mental,
  • nutrir las células de forma óptima y completa,
  • relajar la mente,
  • sentir el cuerpo,
  • aprender, poco a poco, a regular las emociones…

Si has leído nuestro artículo “Todo sobre la piel”, entenderás que además de una nutrición exterior a través de la cosmética natural y el uso de maquillaje ecológico y artesano, la piel necesita una nutrición profunda desde el interior. Esto lo podemos conseguir a través de la respiración. 

 

¿Cómo afecta la respiración a la piel?

 

La respiración tiene un impacto directo en la piel:

  • incrementa la capacidad pulmonar para llevar más oxígeno a las células de la piel,
  • ayuda a desintoxicar mejor el cuerpo,
  • contrarresta los efectos que tiene la contaminación en el organismo,
  • reduce los síntomas de envejecimiento prematuro propios del estrés,
  • tonifica los músculos de la garganta, reduciendo así el riesgo de sufrir papada: esto se debe a que la respiración consciente es un proceso interno que vigoriza y refuerza los músculos de la garganta, reduciendo así la flacidez de la piel que suele llegar con el paso del tiempo, según nos garantiza Rachel Rose, experta en Mind&Body de Sha Wellness Clinic.

La ciencia dice que a través de una respiración consciente podemos revertir el envejecimiento de la piel y lucir un porte más luminoso y vivo. Esto ocurre por una razón muy sencilla y es que los estudios llevados a cabo por el Doctor Herbert Benson de Harvard han visto que al practicar el mindful breathing, la calidad del sueño mejora, los niveles de estrés se reducen, el organismo se descongestiona y desinflama y la piel mejora su brillo y apariencia.

Por otro lado, la psicodermatóloga Dr.Amy Wechsler asegura, en su libro The Mind-Beauty Connection, que el sistema linfático recibe un gran boost (impulso o activación) a través de la respiración consciente. Este sistema es como un recolector de basura del cuerpo: el líquido linfático se acumula y elimina las toxinas del organismo, incluso aquellas que pueden degradar la salud de la piel, además de transportar los nutrientes y glóbulos blancos para combatir las infecciones. 

Lo importante no es la duración de la práctica; más bien que ésta se convierta en un hábito diario. Por eso a continuación te dejamos un pequeño ejercicio de respiración.

 

Práctica de respiración consciente (5 minutos):

 

 

 

Colócate en una postura cómoda sentada, con los hombros relajados y los músculos del rostro en reposo. 

Lleva la atención hacia el cuerpo.

Siente como el aire entra y sale de tu cuerpo.

Inhala por la nariz.

Exhala por la nariz.

Repite tres veces más esta respiración nasal, profunda y larga.

Ahora vas a realizar lo mismo, pero vas a exhalar el aire a través de la boca. Esto te permite expulsar más toxinas del cuerpo.

Toma aire por la nariz.

Expulsa el aire por la boca.

Deja que la barriga se hinche al inhalar.

Y expulsa todo el aire de la barriga al exhalar.

Inhala de forma profunda y completa.

Exhala de forma profunda y completa.

Ahora visualiza como todos los poros de tu piel se unen a este proceso respiratorio.

Al inhalar, todos los poros de tu piel absorben aire.

Al exhalar, todos los poros de tu piel expulsan toxinas del cuerpo.

Inhala por todos los poros de tu piel.

Exhala por todos los poros de tu piel.

Repite esta respiración consciente veinte veces.

A tu ritmo y sin prisa. De forma natural y sin tensar tus músculos, ni la zona abdominal.

 

Mae Knapnougel

 

 

 

 

Regresar al blog